Tratamiento de aguas municipales

Tratamiento de aguas municipales

El agua es un recurso esencial para la vida y la salud pública. Garantizar su potabilidad y seguridad en el ámbito municipal es una de las responsabilidades más importantes de las administraciones locales y de las empresas especializadas en el sector. En Ruberte Tratamientos de Agua contamos con amplia experiencia en el diseño e implementación de tratamientos integrales de aguas municipales, aportando soluciones innovadoras que cumplen con las normativas vigentes y aseguran un suministro de calidad a la población.

En este artículo abordamos qué son los tratamientos de agua municipales, qué tecnologías se emplean y cómo los procesos de filtración, desnitrificación, desinfección, ósmosis inversa y desalación garantizan un agua segura, libre de contaminantes y adaptada a las necesidades de cada municipio.

¿Qué son los tratamientos de agua municipales?

Los tratamientos de agua municipales abarcan todos los procesos aplicados al agua de origen (ya sea superficial, subterránea, salobre o marina) con el objetivo de convertirla en agua potable apta para el consumo humano o en agua depurada lista para ser devuelta al medio ambiente.

Estos tratamientos no son únicos, sino que dependen de la calidad inicial del agua y de los parámetros legales que deben cumplirse según la legislación española y europea.

En líneas generales, el tratamiento municipal de agua incluye:

  • Tratamientos primarios: eliminación de sólidos en suspensión, arenas y partículas.
  • Tratamientos secundarios: reducción de compuestos orgánicos, nutrientes y contaminantes disueltos.
  • Tratamientos terciarios y avanzados: tecnologías de membranas, desinfección y procesos específicos para garantizar un agua de máxima calidad.

Compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad

En Ruberte entendemos que cada municipio enfrenta retos diferentes en la gestión del agua. Por eso, nuestros proyectos se diseñan con un doble enfoque:

  • Sostenibilidad ambiental: aplicamos procesos que reducen el consumo energético y la huella de carbono.
  • Eficiencia económica: soluciones adaptadas al presupuesto municipal, con sistemas duraderos y de bajo mantenimiento.

El agua es un bien escaso y valioso; por ello, tratamos de maximizar su aprovechamiento minimizando residuos y asegurando una gestión responsable de los recursos.

Filtración de aguas potables municipales

La filtración es la primera barrera en el tratamiento municipal de agua potable. A través de filtros de arena, carbón activado, filtros multimedia o membranas de ultrafiltración, se eliminan:

  • Sólidos en suspensión.
  • Turbidez.
  • Materia orgánica.
  • Microorganismos patógenos.

Los sistemas de membrana, como la ultrafiltración, se utilizan cada vez más como tratamiento previo a la ósmosis inversa, prolongando la vida útil de las membranas y optimizando el proceso.

Desnitrificación de aguas potables municipales

En muchas áreas, los acuíferos presentan altos niveles de nitratos derivados de la agricultura intensiva. Estos compuestos pueden afectar la salud (especialmente en lactantes) y deben reducirse para cumplir con los valores máximos legales.

En Ruberte aplicamos diferentes tecnologías de desnitrificación, como:

  • Resinas de intercambio iónico.
  • Biorreactores de desnitrificación biológica.
  • Ósmosis inversa como barrera frente a contaminantes disueltos.

Con ello, aseguramos que el agua municipal cumpla con los estándares de seguridad sanitaria.

Desinfección de aguas potables municipales

La desinfección es uno de los pasos más importantes del proceso. Se utiliza para eliminar bacterias, virus y protozoos que pueden causar enfermedades de transmisión hídrica.

Las tecnologías más comunes incluyen:

  • Cloración: método clásico y efectivo para garantizar una protección residual en la red de distribución.
  • Ozono: oxidante potente que mejora la calidad organoléptica del agua.
  • Luz ultravioleta (UV): tratamiento físico que elimina microorganismos sin añadir productos químicos.

En Ruberte seleccionamos la tecnología más adecuada según el caudal, la calidad del agua y los requisitos normativos del municipio.

Potabilización del agua a través de ósmosis inversa

La ósmosis inversa (OI) se ha convertido en un estándar en el tratamiento de agua municipal gracias a su alta capacidad de eliminación de contaminantes.

Este proceso es capaz de eliminar:

  • Sales disueltas.
  • Metales pesados (arsénico, plomo, mercurio).
  • Nitratos y sulfatos.
  • Virus y bacterias.

La OI se utiliza tanto en la potabilización de aguas subterráneas como en la desalación de aguas marinas y salobres, asegurando un agua potable de excelente calidad incluso en zonas con pocos recursos hídricos.

Desalación de agua marina y salobre

En zonas costeras o con aguas de alta salinidad, la desalación es la solución más eficaz para garantizar un suministro seguro.

Mediante plantas de ósmosis inversa de agua de mar (SWRO) o de aguas salobres (BWRO), logramos transformar estas fuentes en agua apta para el consumo humano.

En Ruberte diseñamos e instalamos equipos de desalación adaptados al caudal y las necesidades del municipio, con un enfoque en la eficiencia energética y la durabilidad de los sistemas.

Potabilización de agua para fuentes públicas

Las fuentes públicas son un punto de consumo directo para la población y requieren un agua de máxima calidad. En Ruberte aplicamos procesos de filtración, desinfección y control de parámetros fisicoquímicos que garantizan un agua segura, agradable al paladar y conforme con las normativas.

Conclusión: soluciones a medida para cada municipio

El tratamiento de aguas municipales no es un proceso estándar: requiere un análisis previo, la selección de la tecnología adecuada y la integración de diferentes etapas para obtener un agua segura y sostenible.

En Ruberte Tratamientos de Agua ofrecemos soluciones integrales que abarcan desde la filtración y desnitrificación hasta la desalación y la ósmosis inversa, adaptándonos a las necesidades de cada municipio y garantizando siempre calidad, seguridad y respeto al medio ambiente.

Porque el agua potable no es solo un recurso, es un derecho.

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