El hierro es uno de los metales más abundantes en la naturaleza y, aunque pueda parecer inofensivo, su presencia en el agua industrial genera importantes problemas. En sectores como la alimentación, la energía o la industria química, incluso concentraciones muy bajas —a partir de 0,3 mg/L— ya pueden provocar incrustaciones, coloraciones indeseadas y averías en equipos.
Contar con un agua de calidad no es solo una cuestión de seguridad, también es un factor clave para la eficiencia y rentabilidad de los procesos productivos.
Problemas del hierro en el agua industrial
Cuando el agua contiene hierro o manganeso, aparecen consecuencias directas en instalaciones y productos:
- Incrustaciones y depósitos en tuberías, intercambiadores de calor y calderas, reduciendo su rendimiento.
- Coloraciones rojizas o marrones, que alteran el aspecto del agua y afectan a procesos de lavado o producción.
- Fallas en equipos por la acumulación de óxidos y sedimentos, lo que aumenta las paradas por mantenimiento.
- Corrosión acelerada, debilitando materiales metálicos y reduciendo la vida útil de las instalaciones.
- Costes de mantenimiento elevados, tanto por reparaciones como por sustitución de piezas dañadas.
Estos efectos no solo suponen un problema técnico, sino también económico y productivo, ya que interrumpen procesos críticos y encarecen la operación.
Impacto del hierro en diferentes sectores
La presencia de hierro en el agua tiene repercusiones específicas según la industria:
- Alimentación y bebidas: provoca cambios de color, sabor y olor en los productos, comprometiendo la calidad y seguridad alimentaria.
- Energía: afecta a calderas, turbinas y sistemas de refrigeración, generando pérdidas de eficiencia energética.
- Industria química y farmacéutica: altera fórmulas, contamina lotes y obliga a descartar producción.
- Textil y papelera: mancha tejidos y papeles, afectando el acabado final y aumentando los rechazos.
En todos estos casos, un agua libre de hierro es esencial para mantener estándares de calidad y asegurar la continuidad productiva.
¿Cómo eliminar el hierro del agua?
Para evitar estos problemas, existen diferentes sistemas de desferrización, que se adaptan según el caudal, la concentración de metales y las necesidades de cada sector:
- Filtración con lechos específicos, capaces de retener hierro y manganeso de forma eficaz.
- Oxidación y precipitación controlada, que transforman los metales disueltos en sólidos fácilmente filtrables.
- Intercambio iónico, que sustituye los iones de hierro y manganeso por otros inocuos.
- Sistemas combinados a medida, integrando varias tecnologías para garantizar resultados óptimos.
La clave está en un diseño personalizado que tenga en cuenta tanto la calidad del agua bruta como los requerimientos del proceso industrial.
Ruberte Tratamientos de Agua: soluciones a medida
En Ruberte Tratamientos de Agua desarrollamos sistemas de desferrización adaptados a cada cliente y sector. Nuestro objetivo es garantizar agua libre de metales, prolongando la vida útil de equipos, reduciendo paradas de mantenimiento y optimizando la eficiencia de los procesos.
Porque en la industria, los pequeños detalles —como la presencia de apenas 0,3 mg/L de hierro— pueden marcar la diferencia entre un proceso eficiente y una avería costosa.
Si tu empresa necesita asegurar un suministro de agua de calidad, ponte en contacto con nuestro equipo. Diseñaremos la solución más adecuada para proteger tus instalaciones y mejorar tu producción.
