En la industria, el agua es un recurso esencial. Se utiliza en procesos productivos, en circuitos de refrigeración, en calderas, en limpieza y hasta en la preparación de alimentos y bebidas. Sin embargo, no toda el agua tiene la misma composición. Uno de los factores más importantes que debemos controlar es su dureza, es decir, la cantidad de sales minerales disueltas, principalmente calcio y magnesio.
Conocer si la dureza del agua es cálcica o magnésica no solo ayuda a prevenir averías y problemas de incrustaciones, sino que también garantiza la calidad del producto final y la eficiencia energética de la instalación.
¿Qué es la dureza del agua?
La dureza del agua se define como la concentración de iones metálicos multivalentes, en especial calcio (Ca²⁺) y magnesio (Mg²⁺). Estos minerales se disuelven cuando el agua entra en contacto con rocas y suelos, especialmente calizas y dolomías.
En términos generales, se clasifica como:
- Agua blanda: < 50 mg/L de CaCO₃.
- Agua de dureza media: 50 – 150 mg/L de CaCO₃.
- Agua dura: > 150 mg/L de CaCO₃.
La dureza total de un agua es la suma de la cálcica y la magnésica.
Dureza Cálcica (Ca²⁺)
La dureza cálcica proviene del calcio presente en el agua. Es el responsable más habitual de la formación de cal en tuberías, intercambiadores de calor y resistencias eléctricas.
Efectos principales:
- Formación de incrustaciones en calderas y sistemas de calentamiento.
- Aumento del consumo energético por pérdida de eficiencia térmica.
- Menor eficacia de jabones y detergentes, ya que el calcio reacciona con los agentes tensioactivos.
En la industria alimentaria y farmacéutica, un exceso de calcio puede alterar el sabor, la transparencia o la calidad final del producto.
Dureza Magnésica (Mg²⁺)
La dureza magnésica se debe al magnesio presente en minerales como la dolomita. Aunque suele estar en menor concentración que el calcio, sus efectos son igualmente importantes.
Consecuencias más destacadas:
- Favorece la formación de sarro y sedimentos en conducciones.
- Puede generar problemas en procesos donde se requiere agua pura o desmineralizada.
- En algunos casos, incrementa la corrosión en instalaciones metálicas.
En aplicaciones industriales específicas, como en bebidas, cosmética o laboratorios, la presencia de magnesio debe controlarse cuidadosamente para no alterar formulaciones.
¿Por qué controlar la dureza del agua?
Tanto la dureza cálcica como la magnésica generan problemas si no se tratan adecuadamente:
- Depósitos en tuberías y calderas, reduciendo caudal y aumentando la presión de trabajo.
- Mayor gasto energético, ya que una capa de cal reduce la transmisión de calor y obliga a consumir más combustible o electricidad.
- Aumento de costes de mantenimiento, debido a averías prematuras en bombas, intercambiadores y equipos.
- Impacto en la calidad del producto final, en sectores como alimentación, farmacéutica, textil o químico.
Por ello, conocer la dureza y aplicar soluciones adecuadas (descalcificación, intercambio iónico, ósmosis inversa, etc.) es clave para garantizar una producción eficiente y segura.
Soluciones para el control de dureza en la industria
En Ruberte Tratamientos de Agua ofrecemos tecnologías específicas para reducir la dureza cálcica y magnésica según las necesidades de cada cliente:
- Descalcificadores por intercambio iónico: sustituyen los iones calcio y magnesio por sodio, evitando incrustaciones.
- Ósmosis inversa: elimina la mayoría de sales disueltas, garantizando un agua de alta pureza.
- Desmineralización y filtración avanzada: soluciones para aplicaciones donde se requiere un agua sin prácticamente minerales.
Cada sistema se diseña a medida según el caudal, la aplicación y el nivel de dureza inicial.
Conclusión
La dureza del agua no es un simple dato químico: es un factor determinante para la eficiencia energética, la vida útil de los equipos y la calidad del producto final en la industria. Diferenciar entre cálcica y magnésica permite aplicar soluciones precisas y evitar costes ocultos derivados de la cal y el sarro.
En Ruberte Tratamientos de Agua ayudamos a tu empresa a diagnosticar, controlar y tratar la dureza del agua con sistemas fiables, sostenibles y adaptados a cada proceso.
