En la industria farmacéutica, la calidad del agua es crucial para la producción de medicamentos y la limpieza de equipos. Tratamientos avanzados como la ósmosis inversa, la desmineralización, la descalcificación, la desferrización y la potabilización aseguran que el agua esté libre de contaminantes que podrían comprometer la seguridad y eficacia de los productos.
Procesos como la ósmosis inversa y la desmineralización eliminan impurezas, sales y microorganismos, esenciales para la formulación de medicamentos y soluciones intravenosas. La descalcificación y desferrización previenen la acumulación de incrustaciones y la corrosión en los equipos, manteniendo su eficiencia y longevidad.
La potabilización garantiza que el agua cumpla con los estándares de calidad necesarios para su uso en fabricación y limpieza. Estos tratamientos no solo protegen la salud de los pacientes, sino que también aseguran la integridad de los productos farmacéuticos y la eficiencia de los procesos de producción.
Es fundamental para obtener agua ultrapura, eliminando contaminantes como iones, moléculas y partículas, asegurando que el agua cumpla con los estrictos estándares necesarios en la fabricación de productos farmacéuticos.
Elimina el calcio y el magnesio del agua, reduciendo la dureza y previniendo la formación de incrustaciones en los equipos, lo cual es crucial para el mantenimiento de los sistemas de producción y la pureza del agua utilizada.
A través de la eliminación de minerales y sales, este proceso produce agua altamente purificada, esencial para la producción y la limpieza de equipos en el sector farmacéutico.
La eliminación del hierro es importante para evitar la contaminación y la corrosión de los equipos, asegurando que el agua utilizada no comprometa la calidad de los productos farmacéuticos.
Un sistema de agua acondicionado para uso industrial, mantenido en buenas condiciones, supondrá un ahorro de dinero considerable a largo plazo
Realizar tratamientos de agua en la industria asegura el cumplimiento de leyes ambientales, previene sanciones y protege la salud pública
Mejora la calidad del producto final al eliminar impurezas, garantizando procesos más limpios, asegurando que los productos cumplan los estándares más altos
Reduce el consumo de agua, minimiza la contaminación ambiental, promueve la reutilización de recursos y disminuye el impacto ecológico